Escrito por mi amiga I.:
Montpellier, 18 de Junio del 2005
Recuerdo la angustia que sentía dos días antes de partir hacia aquí, la incertidumbre de lo que me esperaba, y la certeza de que a los dos días querría volver. Aguanté un poco más, pero a las dos semanas bajé las maletas del altillo, decidida a rendirme, respiré, eche un vistazo a mi alrededor, y abrí la ventana tentada de gritar. Si, ¨por cosas que tiene la vida¨ te tocó una de las renovadas de segunda del crous como a mí, y a esto le sumas una imaginación alterada por los atentos funcionarios de la República y unas extrañas manchas en el suelo de mi habitación, que me hacían pensar en la suerte del anterior inquilino, el resultado, evidentemente es un cóctel molotov para los nervios.
Afortunadamente, me quedaba jamón en la nevera, y mientras me comía un bocadillo de los de toda la vida para reafirmar mi identidad como española de pro, decidí que, si Curro Romero consiguió allá por el 1800? vencerlos... yo podía al menos esperar al primer mes antes de tirar la serviette.
Pero afortunadamente poco a poco fui conociendo gente que me hizo pensar lo contrario, la habitación seguía pareciendo el lugar del crimen, pero los días con gente como vosotros eran siempre soportables y la mayor parte divertidos.
No voy a cansaros con mis recuerdos, sé que todos tenéis los propios y muchos comunes a los míos, sólo decir que espero que tarden mucho en desvanecerse de mi mente por que me resulta muy divertido recordarlos.
Os habéis planteado como contar todo lo que hemos vivido aquí a vuestra gente, es difícil. Corremos el riesgo de no ser creídos, hay historias para no dormir; la bola de Navidad, el contenedor, la misteriosa desaparición de los peces de los alcabo... Otras que parecen chiste; los exámenes de los de derecho, Mme Pi, Mme Salmon... Otras que dan miedo: las rubias se multiplican? Los cadáveres de los peces extranjeros diseminados tras la fiesta de carnaval...
¿Cómo contar este año sin parecer locos, o fantasmas? De contarlo en casa ni hablar, pero ya pasados los años tendremos valor de contarlo a nuestros hijos... y si lo hacemos, lo contamos como algo que hay que hacer o como lo que no se debe...
Por que este año hemos aprendido a aceptar actitudes, hechos consumados, hábitos y demás gestos que difícilmente hubiésemos aguantado a nuestra familia o amigos antes. Y es que era lo que tocaba, respetar las manías ajenas precisamente por que los que tenías a tu lado eran los únicos que aguantarían las tuyas.
La ciudad, no siempre fue un lugar agradable, dependió del humor con el que nos levantamos. Sus habitantes tampoco estuvieron de nuestra parte siempre, si a nuestro lado, a veces demasiado cerca y alguna vez ¨pegados ¨. Pero no podemos quejarnos de los más cercanos, camareros, epiceros, police, bomberos y demás aves nocturnas que nos trataron como buenos clientes unos, otros como criminales y algunos, pocos, como amigos.
Hemos hecho miles de fotos, pero yo me llevo conmigo otras más emotivas, instantáneas de cada uno de vosotros, pensativos, tristes, llorando de risa, cariñosos, borrachos, recién levantados, perezosos, enfadados, la verdad muy poco, y sobretodo felices e incrédulos por todo lo que estábamos pasando.
Creo que a Montpellier le va a costar olvidarse de los Erasmus 2004-2005 en especial la comunidad española y allegados, llegarán otros, pero dudo que consigan hacer tanto ¨ ruido ¨ como conseguimos hacer nosotros...
Es duro pensar que todo lo que somos y lo que vivimos este año juntos no se volverá a repetir, todos crecimos, todos cambiamos y sobre todas las cosas todos echamos algunas de nuestras mejores carcajadas. La gente que conocimos y nunca olvidaremos.
Esta noche, P. B.a le dijo a L. (a mí): (algo asi como...) "No estés triste, yo estoy convencido de que vamos a volver a encontrarnos, la vida de todos nosotros puede ir por caminos diferentes, pero caminos que efectúan zig zags en el espacio, que nos volverán a unir". Yo me imaginé en un aeropuerto escuchando por ejemplo: Don R. A. y familia embarque por puerta 6" y yo echando a correr para darle, ¨ si eso ¨, un abrazo. Lo imagino con cada uno de vosotros, me da pena y a la vez se me abre una sonrisa, que contiene todo este año.
Espero veros pronto, no quisiera mismo dejar de veros, así que confiaré en la sabiduría de P. y me iré de aquí feliz de haberos conocido, y de haber compartido tanto con vosotros. Feliz.
Gracias a todos por haber estado a mi lado.
Un abrazo.
I.B.
... hasta luego
